El proceso para elegir al nuevo Papa inicia bajo un protocolo litúrgico y ceremonial meticuloso que se desarrolla en el Vaticano. Todo comienza con la misa Pro eligendo Pontifice y se extiende a lo largo de varios días de votaciones dentro de la Capilla Sixtina. La señal más visible de este proceso son las tradicionales “fumatas”, que indican si se ha alcanzado consenso o no entre los cardenales electores.
Miércoles: El primer día del cónclave
- 10:00 horas (2:00 a.m. en México): Se celebra en la Basílica de San Pedro la misa Pro eligendo Pontifice, presidida por el decano del Colegio Cardenalicio.
- 16:15 (08:15 a.m. en México): Los cardenales se reúnen en la Capilla Paulina.
- 16:30 (08:30 a.m. en México): Inicia la solemne procesión hacia la Capilla Sixtina, donde los cardenales prestan juramento.
- Luego se pronuncia el “Extra omnes” (“Todos fuera”) y se cierran las puertas, marcando el inicio oficial del cónclave.
- Se lleva a cabo la primera votación del proceso y, dependiendo del resultado, se libera la primera fumata, negra si no hay consenso.
Jueves y días posteriores: Ritmo diario de votaciones
- 7:30 (23:30 del día anterior en México): Los cardenales concelebran la misa del día.
- 9:00 (01:00 a.m. en México): Rezan la oración de laudes en la Capilla Sixtina.
- Se realizan dos votaciones por la mañana y dos por la tarde.
- 12:00 (04:00 a.m. en México): Se emite la primera fumata del día, según los resultados matutinos.
- 16:00 (08:00 a.m. en México): Comienza la segunda sesión con otras dos votaciones.
- 19:00 (11:00 a.m. en México): Segunda fumata del día y rezo de Vísperas, seguido del retorno a Santa Marta.
Si algún cardenal obtiene los dos tercios necesarios (89 votos) en cualquiera de las votaciones, se emite fumata blanca de inmediato, señal inequívoca de que hay nuevo Papa.
¿Qué pasa si no se alcanza acuerdo en los primeros días?
De no haber elección en tres días de votaciones (12 escrutinios), se realiza una pausa obligatoria de un día —en este caso sería el domingo—. A partir de entonces, el cónclave se reanudará con ciclos de siete votaciones seguidos por otro receso, repitiendo el patrón hasta llegar a un resultado.
La elección: fumata blanca y nuevo pontífice
Cuando un cardenal es elegido y acepta el cargo, se emite la fumata blanca, acompañada del repique de las seis campanas de la Basílica de San Pedro. El nuevo Papa se retira a la “sala de las lágrimas”, donde se viste con los hábitos papales. Este lugar recibe su nombre por la emoción que muchos pontífices experimentan al asumir tan enorme responsabilidad. Desde ahí, el Papa elige el nombre con el que será conocido y se prepara para su primera aparición pública.
"Habemus Papam": presentación al mundo
Minutos más tarde, el cardenal protodiácono aparece en el balcón central de la Basílica de San Pedro para pronunciar el histórico anuncio: “Habemus Papam”. El nuevo Sumo Pontífice se presenta ante los fieles congregados en la plaza y ofrece la bendición Urbi et Orbi, que se reserva solo para tres ocasiones: su elección, el Domingo de Resurrección y la Navidad.