Las autoridades españolas han decidido limitar el acceso al Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas durante las horas de menor actividad, permitiendo la entrada únicamente a pasajeros con tarjeta de embarque, sus acompañantes y empleados del aeropuerto. Esta decisión responde a la creciente presencia de personas sin hogar que utilizan las instalaciones como refugio.
Desde hace meses, se estima que entre 300 y 500 personas en situación de calle pernoctan en las terminales del aeropuerto, especialmente en la Terminal 4. Esta situación ha generado tensiones entre los pasajeros y los indigentes, además de problemas sanitarios, como la propagación de plagas de chinches y cucarachas.
AENA, la entidad gestora del aeropuerto, ha solicitado en repetidas ocasiones la colaboración del Ayuntamiento de Madrid para abordar esta crisis humanitaria. Sin embargo, la falta de coordinación entre las distintas administraciones ha impedido una solución efectiva. Mientras tanto, las restricciones de acceso buscan preservar el funcionamiento adecuado del aeropuerto y garantizar la seguridad de todos los usuarios.
Imagenes: Pulso y El País.