La violencia y el acoso escolar, incluido el ciberacoso, son frecuentes y afectan a niños, niñas y adolescentes de todo el mundo, este problema atenta contra sus derechos, salud y bienestar, ya que éstos definen la conducta de persecución física y/o psicológica que realiza un estudiante contra otro de forma negativa, continua e intencionada.
De acuerdo con la Unicef, existen varios tipos, principalmente son agresiones físicas o verbales, exclusión social, acoso sexual; y derivaciones de ellas, como la extorsión, robos, difamación y creación de rumores.
Por ello es importante sensibilizar a las personas a escala mundial acerca del problema de la violencia en línea y el ciberacoso, sus consecuencias y la necesidad de ponerles fin.
El papel de los padres es fundamental, así como el de las autoridades educativas para prevenir la violencia en línea así como en las instituciones a la hora de garantizar el bienestar de niños, niñas y jóvenes.
¿Cómo reconocer a una víctima de bullying?
Para reconocer a una víctima de bullying, hay que prestar atención a los menores, pues frecuentemente muestran baja autoestima, inseguridad o timidez. Suelen estar aislados por sus compañeros y tener poco apoyo en redes sociales. Puede mostrar reacciones pasivas o provocadoras (imitando a sus acosadores) o también reproducir el acoso hacia otras víctimas.
¿Cómo reconocer a un agresor o acosador escolar?
Usualmente actúa impulsivamente buscando reconocimiento y aceptación.
Manipula, se comporta de forma agresiva y tiene baja tolerancia a la frustración.
Por su parte, el ciberagresor puede comportarse con normalidad en el plano físico y mostrar su lado agresivo en las redes, producir contenidos, subirlos a la web, verlos y compartirlos.
Ante esto, hay señales de alerta por parte de las víctimas que pueden ser dejar de asistir a clases, bajar el rendimiento o mostrar desinterés por la escuela.
En el plano personal los menores suelen presentar baja autoestima, pues ya no buscan a sus amigos y prefieren continuamente la compañía de adultos.
Sufren cambios bruscos de humor, en su alimentación o en su uso de las redes sociales.
Pueden manifestar miedo a la soledad, ataques de pánico, insomnio o pesadillas; así como lesiones físicas, perder cosas o llevarlas rotas.
¿Cómo prevenir el acoso escolar o bullying?
Entre algunas de las recomendaciones que han emitido organizaciones como la Unicef para prevenir el acoso escolar, está fomentar los vínculos afectivos con los hijos y enseñar a detectar relaciones tóxicas.
Así como trabajar en la apertura a la diversidad y a asumir la diferencia como una riqueza.
Otro punto a destacar cuando sean testigos de un caso de bullying, es enseñarles que siempre hay que actuar, y educarlos en el uso de la tecnología en su día a día. Educa a tus hijos a navegar con sentido crítico.