Dennisse Montañez
El expresidente y actual candidato Donald Trump ha firmado órdenes ejecutivas que imponen aranceles del 25% a las importaciones provenientes de México y Canadá, además de un 10% a productos chinos. La decisión, justificada bajo la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional (IEEPA), argumenta amenazas relacionadas con la inmigración ilegal y el tráfico de fentanilo.
Esta medida podría generar un fuerte impacto económico en América del Norte. México, cuyo sector automotriz y agrícola dependen en gran medida del comercio con EE.UU., enfrenta la posibilidad de despidos masivos y cierre de fábricas. Por su parte, Canadá estima que su economía podría contraerse entre un 2 y 2.6% anual, poniendo en riesgo hasta un millón de empleos en industrias clave como la automotriz y petrolera.
China, aunque menos afectada, ha advertido que “nadie gana una guerra comercial” y considera que esta decisión podría alterar aún más la estabilidad del comercio global. Además, los consumidores estadounidenses también sentirán el impacto con aumentos en los precios de productos básicos como frutas, automóviles y combustibles.
México y Canadá han anunciado que podrían tomar medidas de represalia, lo que podría agravar aún más la situación. La comunidad internacional observa con preocupación este giro proteccionista, temiendo una escalada de tensiones comerciales a nivel mundial.