María Fernanda Ocelotl
El hallazgo de un cuerpo con características similares a las de Lesly Martínez Colín, en el poblado de Huitzuco, Guerrero, fue confirmado por la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJCDMX) la noche de este martes 16 de abril; el hermano de la víctima, habría de confirmarlo también a través de Facebook con una publicación: “Familia, amigos, es confirmado, (sic.) encontraron a mi hermana”, escribió Iscard Martínez Colín.
Lesly, de 30 años de edad, fue reportada como desaparecida desde el pasado 30 de abril, cuando salió en compañía de su exnovio, en un auto Mazda rojo, con placas RCZ-697-B. Ambos se dirigían a Morelos y después ya no se supo nada de ellos, de acuerdo con Gabriela Colín, mamá de Lesly.
Los datos que se tenían hasta la fecha, arrojaban pistas sobre el paradero de la mujer, quien fue vista por última vez en compañía de su expareja sentimental y presunto feminicida, Alejandro Alberto “N”, de 40 años de edad, quien tiene un lunar en la mejilla derecha y una cicatriz en la mano izquierda, al sujeto lo habían visto por última vez en la colonia Ampliación Piloto Adolfo López Mateos, en la alcaldía Álvaro Obregón de la Ciudad de México, y quien al día de hoy sigue prófugo de la justicia y cuenta con una ficha de búsqueda.
Errores en la búsqueda
Pero la familia de la víctima ha denunciado enormes errores por parte de la Fiscalía General del Estado de Morelos, quien también participaba en los trabajos para localizar Lesly, pues la FGE habría confundido la ubicación para comenzar con la búsqueda cuando la familia ya había proporcionado información vital para dar con su paradero, pues se sabe que estos trabajos se comenzaron en Huitzilac, al norte del estado, sin embargo, los datos que dio la familia, hablaban de que Alejandro Alberto “N” presuntamente habría enterrado el cuerpo de Lesly en Huitzuco, Guerrero, lo que llevó a perder tiempo vital para encontrarla.
Aparentemente la familia de Lesly contaba con esta información gracias a la geolocalización del celular de la joven; además, la madre de Alejandro Alberto “N” ya había acudido con la FGJCDMX para relatar la confesión de su hijo, quien le habría revelado que él mató a Lesly y supuestamente la sepultó en un paraje del estado de Morelos, presumiblemente en Jojutla, último punto de comunicación que tuvieron familiares y amigos con la joven, misma versión que fue compartida a sus familiares por autoridades de la Fiscalía Especializada para la Búsqueda y Localización de Personas Desaparecidas de la Fiscalía General de Justicia capitalina, luego de la protesta que realizaron la noche del martes afuera de esta institución, donde exigían una reunión con el titular de la dependencia.
Pero fue esto lo que causó la indignación de la familia de la joven, al enterarse de una información que la Fiscalía les había ocultado durante cuatro días, y que luego les fue entregada de manera irresponsable, ya que acusan, se perdió demasiado tiempo para comenzar a buscar a Lesly.
Teléfono de Lesly: 20 llamadas perdidas
Entre las cosas que aún no quedan claras, hay 20 llamadas perdidas desde el teléfono de Lesly, mismas que no alcanzaron a contestar. Según una versión, en una de estas comunicaciones se escucharon los gritos violentos de un hombre.
Lesly y su presunto agresor habían sostenido una relación que terminó hace aproximadamente dos años, a consecuencia de las actitudes violentas del sujeto. La familia de ella estaba al tanto de las razones de la ruptura, por lo que le preocupó saber que nuevamente la habían visto al lado de Alejandro Alberto “N”.
Investigan por cuenta propia
Con todos estos datos, los familiares de Lesly se movilizaron, llevando a cabo su propia pesquisa. La cuñada de la joven desaparecida, dijo ante los medios que habían localizado videos de particulares que probaban que Lesly y Alejandro Alberto “N” se habían ido juntos, y en los que se veía que su presunto agresor regresaba a su casa solo.
De acuerdo con la familia, todo fue entregado a la Fiscalía, pero al día de hoy, Lesly ya no está viva, y su agresor se esconde cobardemente, evadiendo la justicia por el brutal crimen del que se acusa.
