Dennisse Montañez
Este viernes 6 de junio, una avioneta que realizaba labores fitosanitarias en la región de Motozintla, Chiapas, se desplomó mientras sobrevolaba el ejido San Vicente, provocando la muerte de tres personas.
La aeronave formaba parte de un operativo de control biológico contra el gusano barrenador del ganado, una plaga de alto riesgo sanitario. Durante la misión de liberación de moscas estériles una técnica común utilizada para interrumpir el ciclo reproductivo del parásito, el avión perdió el control y se estrelló en una zona de difícil acceso, ubicada entre Pavencul y Motozintla.
Tras el impacto, la aeronave se incendió. Vecinos del lugar acudieron de inmediato para intentar sofocar las llamas y brindar auxilio. Sin embargo, se confirmó el fallecimiento de los tres tripulantes: Carlos Eduardo Morroy y Bayron Eduardo Morán Paz, ambos técnicos agrícolas originarios de Guatemala, y Julio Roblero de León, funcionario del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (SENASICA), órgano desconcentrado de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER).
El titular de SENASICA, mediante un breve comunicado, expresó sus condolencias a las familias de las víctimas y reconoció la labor de los técnicos que “arriesgan su vida en el campo para proteger la sanidad agropecuaria de México”. Añadió que se abrirá una investigación en coordinación con autoridades aeronáuticas y locales para esclarecer las causas del accidente.
Control del gusano barrenador: una tarea de alto riesgo
El gusano barrenador del ganado (Cochliomyia hominivorax) es una plaga letal que afecta a animales domésticos y silvestres, generando pérdidas millonarias para el sector ganadero. México ha sido históricamente líder en programas de erradicación, utilizando técnicas como la liberación aérea de moscas estériles, que impiden la reproducción del parásito sin dañar el medio ambiente. 
Estas labores son ejecutadas por SENASICA en colaboración con organismos internacionales y gobiernos estatales, principalmente en zonas rurales del sur del país, donde aún existen focos de riesgo.
Las autoridades federales y estatales ya se encuentran en el sitio del siniestro para realizar las diligencias correspondientes, mientras el sector agrícola lamenta una tragedia que pone de relieve los riesgos que enfrentan quienes trabajan por la sanidad agroalimentaria nacional.
