Litzy Guzmán.-
La Cámara de Diputados aprobó la iniciativa de la presidenta Claudia Sheinbaum para prohibir la siembra de maíz transgénico en el país y garantizar la protección de los maíces nativos. La reforma modifica los artículos 4º y 27º de la Constitución, estableciendo la obligación del Estado de fomentar un cultivo libre de organismos genéticamente modificados, con el objetivo de preservar la biodiversidad y la soberanía alimentaria.
Preocupación por la reforma
Sin embargo, la oposición ha manifestado su preocupación por las implicaciones económicas y comerciales de la medida. La diputada del PRI, Leticia Barrera Maldonado, señaló que, aunque su partido rechaza el maíz transgénico, prohibir su siembra mientras se importan millones de toneladas del extranjero es una incongruencia. Además, destacó que la producción nacional está en declive debido a la sequía y la falta de apoyos al campo.
El diputado del PAN, Paulo Gonzalo Martínez, advirtió que esta reforma podría generar represalias comerciales por parte de Estados Unidos y Canadá en el marco del T-MEC, recordando que México ya perdió un panel internacional sobre este tema en diciembre pasado. Según Martínez, la importación de maíz transgénico representa más de 4 mil millones de dólares anuales, y la nueva política podría derivar en aranceles o restricciones comerciales que afectarían la economía nacional.
A pesar de las críticas, el bloque oficialista defendió la reforma como una medida necesaria para fortalecer el campo mexicano y reducir la dependencia de importaciones. Con su aprobación en la Cámara de Diputados, el dictamen pasará ahora al Senado, donde se espera un debate intenso antes de su posible ratificación.